martes, 27 de octubre de 2020

SEMANAS 5 Y 6: 26 OCTUBRE AL 06 DE NOVIEMBRE

 SEMANAS 5 Y 6: 26 OCTUBRE AL 06 DE NOVIEMBRE 


¿Qué entender por exterminio social? ¿Qué es lo que constituye propiamente su práctica, eso que lo diferencia de otras violencias? Una formulación inicial pone sobre la mesa el contenido que le confiere su singularidad: se está en presencia de un episodio de aniquilamiento social cuando se produce el repetido asesinato en la calle de una identidad socialmente conflictiva. Son entonces cuatro sus rasgos distintivos: la condición social; la identidad conflictiva; su ocurrencia en la calle; el carácter repetido y sistemático. En medio de la violencia colombiana, degradada y multiforme, los conflictos se superponen unos sobre otros borrando las fronteras entre los actores, mezclando sus razones y combinando las estrategias60. El ejemplo paradigmático lo hace la guerrilla, la violación de los derechos humanos y la financiación mediante el narcotráfico —dos prácticas en las que incurrió con demasiada frecuencia— oscurecen los deslindes entre lo político y lo criminal. Todo intento de acotar una violencia bajo parámetros definidos corre pues serios riesgos. Con todo, no es posible renunciar a la tarea de caracterización, menos cuando se pretende establecer la especificidad del conflicto violento en la ciudad. Los cuatro rasgos señalados socorren el propósito, en cuyo caso corresponde mirarlos uno a uno.

LO SOCIAL.

El término “limpieza” ha sido empleado por actores de un sinfín de conflictos. El régimen nazi —otra vez un notable ejemplo— se empeñó en “limpiar” la raza aria de la impureza judía, tan seguros de su causa que segaron la vida de seis millones de personas. En Centroamérica, tanto antes como durante las conflagraciones armadas, fue invocada por los escuadrones de la muerte que pulularon en Guatemala, Nicaragua y El Salvador, entregados al asesinato sistemático de contradictores políticos61. En Colombia, así mismo, los grupos paramilitares emplearon el verbo “limpiar” para justificar el aniquilamiento de campesinos reputados de ser la base social de la guerrilla. En cada ocasión en que se han cometido grandes genocidios, el término suele aparecer cargado de su prodigiosa capacidad de exonerar de toda culpa. El término de “limpieza” en general, así las cosas, refiere el asesinato de población civil desarmada, gentes exterminadas al amparo de su condición de estar al margen de la confrontación armada. Sin embargo, el acontecimiento que convoca estas páginas se refiere a la llamada “limpieza social”, un calificativo que configura una práctica dotada de la particularidad de incidir sobre los conflictos de los arreglos de la vida diaria. Así, se convierten en blanco de persecución y aniquilamiento personas dedicadas al robo, al comercio sexual, al consumo de sustancias ilegales o que son consideradas improductivas. De tal suerte, la “limpieza” en abstracto debe ser calificada, su perfil específico se delinea dentro de un contexto y una intencionalidad definiendo desde allí varios tipos: la política, la étnica, la social. Cada una posee sus peculiares atributos, sus actores y estrategias específicas. En el camino de perfilar la especificidad del exterminio social se echa mano de los dos esquemas de representación del conflicto esbozados en la Introducción —a propósito del silencio de la Academia—. Frente al esquema de la reducción del conflicto violento al conflicto armado, aparece la singularidad de esos otros escenarios no conectados de manera directa a la guerra. Es el caso de la ciudad, como se dijo gobernada por gramáticas particulares: ni quien perpetra el aniquilamiento social ni su víctima están inscritos en la lógica del conflicto armado, las motivaciones y procederes de uno y otra se cuecen en esferas distintas, unas propias de las maneras como se construye la vida en la ciudad. El testimonio de Rogelio evoca los conflictos del universo local, “los ladrones y el vicio”, dos motivos que justifican las matanzas en las que participó “[para que se les quite] la maña de atracar, no volvieron a robar acá porque tocó ponernos los pantalones” (CNMH-IEPRI, 2012, Testimonio de Rogelio, Ciudad Bolívar). (Tomado de:  https://www.centrodememoriahistorica.gov.co/descargas/informes2016/limpieza-social/limpieza-social.pdf ) 


COMPROMISO: 

Semana de exposiciones para profundizar en las temáticas desarrolladas. Todos los grupos de exposiciones deben estar preparados para exponer según los lineamientos dados en clases anteriores. 

miércoles, 14 de octubre de 2020

SEMANAS 3 y 4: 13 AL 23 DE OCTUBRE

 SEMANAS 3 y 4: 13 AL 23 DE OCTUBRE 



FALSOS POSITIVOS. 


Guía para entender qué pasa con los mal llamados falsos positivos

La información entregada sobre los falsos positivos en la mayoría de los casos es dispersa y tiende a desconocer la responsabilidad del gobierno de Álvaro Uribe, la existencia de una directiva ministerial secreta y el lugar de los medios corporativos de comunicación en la legitimación de acciones de guerra, sin problematizar los resultados. Aquí comparto esta guía que espero les genere más preguntas y la necesidad de problematizar cada vez que lean una noticia sobre este tema.

1. La Seguridad Democrática
La mano dura y el corazón grande se tomaron el país con la promesa de acabar con la guerra a través de la guerra. La estrategia fue llamada Política de Seguridad Democrática, y se centró en la constante presentación de resultados, bajas, combates, presencia del ejército en todo el territorio nacional para exterminar a los terroristas.

2. Terroristas
Al buscar juiciosamente la definición de “terrorista” en la política de Seguridad Nacional curiosamente no se encuentra. Si se crea un manual que señala quiénes deben ser asesinados lo mínimo es definir unas características particulares. Lo que se encuentra es un grupo de nociones muy vagas que dan a entender que desde la persona que roba en una esquina, hasta un capo del narcotráfico, pueden ser considerados como terroristas.

3. Los resultados
Si revisamos las cifras del Ministerio de Defensa durante los dos gobiernos de Uribe encontraremos que las Farc fueron eliminadas unas tres veces, además como señala el historiador Adolfo León Atehortúa, no existe coherencia entre las cifras de la fuerza pública, Medicina Legal, ni ministerios, lo que nos lleva a dudar de las mismas.

4. Más resultados: la directiva ministerial secreta 029 de 2005.
Para «motivar a las tropas» el Ministerio de Defensa en 2005 expidió una directiva secreta que regulaba el pago de recompensas. La Directiva “regulaba” pagos por tipos de armas, rangos y demás. Resulta interesante entre otras cosas, porque el seguimiento era realizado por el mismo ejército, las pruebas que tenían que entregar los soldados eran fácilmente alteradas, los comandantes que ordenaban las operaciones eran los que autorizaban las recompensas. Entre los requisitos para el pago, era necesario que la noticia del combate o la baja apareciera en medios de comunicación.

Ahora, esta directiva ministerial secreta la firmaron las altas esferas de la fuerza pública y el entonces ministro de defensa Camilo Ospina Bernal, entre ellos se encuentran militares acusados por violaciones a DDHH, narcotráfico, vínculos con paramilitares y corrupción.

5. El escándalo
En 2008 el personero de Soacha se comunicó con el entonces Senador de la República Gustavo Petro, porque un grupo de madres del municipio estaba buscando a sus hijos desparecidos desde enero. En septiembre se destapó el escándalo y todos los medios hicieron eco.

Frente a la situación el entonces presidente Álvaro Uribe Vélez dijo cosas como: “solo fueron 28 casos” o “esos jóvenes no estaban propiamente recogiendo café”.

6. Jóvenes que nunca recogieron café.
Los jóvenes fueron contactados con promesas de trabajo. Ellos aceptaron sin avisar a sus familias y convencidos que enviarían dinero para mejorar sus condiciones de vida. Los recogieron en camiones, los llevaron a un lugar desolado, a algunos los torturaron, los asesinaron, les cambiaron la ropa, los vistieron como guerrilleros. Sus cuerpos traicionados fueron televisados y presentados como terroristas.

Ahora, los jóvenes de Soacha ni siquiera son el 0.1% de los casos de ejecuciones extrajudiciales en el país. Se destapó el escándalo por ellos, porque el municipio es pegadito a Bogotá ¿se imagina cómo fue en el resto del país?

Otro dato: pueden ser más de 10.000 víctimas, recuerde que en 2012 se perdieron de la Procuraduría supuestamente cerca de mil expedientes de ejecuciones extrajudiciales, eso es lo que está informado y da cuenta de las estrategias para ocultar lo sucedido.

7. Manzanas podridas
Soldados y rangos medios fueron detenidos y llamados tanto por el gobierno nacional y los medios corporativos como “manzanas podridas”. Es decir, según ellos el asesinato de los jóvenes no fue realizado en el marco de la normatividad.

8. Falsos Positivos
Falso positivo se refiere a un error, a un daño colateral. El hecho de llamar así a los jóvenes asesinados por el ejército nacional, en el marco de una ley de seguridad nacional, implica precisamente anular la carga de culpa del Estado. El término correcto es Ejecuciones Extrajudiciales, es decir el homicidio de una persona por parte de un servidor público que se apoya en la potestad de un Estado para justificar el hecho.

9. Al César lo que es del César.
En el punto cuatro mencionamos unas firmas. Éstas son algunas de las personas que aprobaron el pago de recompensas desde el cual las fuerzas militares realizaron las ejecuciones extrajudiciales:

Ministerio de Defensa, Camilo Ospina Bernal: después del “escándalo de los Falsos Positivos”, el ex presidente Uribe ternó a Camilo Ospina Bernal como candidato a Fiscal General de la Nación. La Coordinación Colombia Europa Estados Unidos, envió una misiva a la Corte Suprema de Justicia en la que palabras más, palabras menos dice que es el colmo.

Comando General de las FFMM: el comandante de las FF.MM era en aquel entonces el General Freddy Padilla de León, quien durante los últimos años ha sido señalado por su responsabilidad en la masacre de Caño Jabón en 1998. El General fue embajador de Colombia en Austria, posteriormente fue candidato al Senado de la República por el Partido de La U, sus aspiraciones no prosperaron.

Comando Ejército Nacional: el comandante del Ejército Nacional era el General Martin Orlando Carreño Sandoval, quien fue denunciado por vínculos con el jefe paramilitar Salvatore Mancuso en Antioquia, junto al General Rito Alejo del Río, mientras Álvaro Uribe se desempeñaba como gobernador de dicho departamento. Además fue quien diseñó la fórmula de los incentivos, según HRW.

Comando Fuerza Aérea: el entonces comandante de la Fuerza Aérea Colombia era el General Edgar Lesmes Abad, estuvo implicado en un caso de narcotráfico en la FAC, cuando un avión fue descubierto en noviembre de 1998 en la base militar de Fort Lauderdale, en Florida procedente de Bogotá para una revisión de mantenimiento. La revisión dio como resultado el hallazgo de 666,9 kilos de cocaína y kilo y medio de heroína.

Policía Nacional: el director de la policía, General Jorge Daniel Castro Castro, tiene abiertas investigaciones en EE.UU por vínculos con paramilitares, además de investigaciones por las ‘Chuzadas’.

Departamento Administrativo de Seguridad DAS: el entonces director del DAS Jorge Noguera, lideró el espionaje desde la entidad, además está relacionado con presuntos vínculos con grupos paramilitares. Está detenido por su presunto papel en los asesinatos de Jaime Garzón y Manuel Cepeda y en interceptaciones ilegales. Jefes paramilitares lo relacionan con Carlos Castaño, y lo vinculan con el secuestro de Piedad Córdoba.

Cuerpo Administrativo de Investigación CTI: la directora del Cuerpo Administrativo de Investigación CTI, Marilú Méndez Rada, fue acusada por delitos de peculado por apropiación a favor de terceros, tráfico de influencias y falsedad en documento público, el 31 de julio de 2012.

10. Los del cubrimiento.
No es justo que el gobierno de Uribe y su fuerza pública se lleven todo el crédito por los “Falsos Positivos”. Como ya mencionamos, la política de Seguridad Democrática estaba sustentada en resultados, es decir, la demostración de su eficacia ante la opinión pública. Un gobierno no le llega solito a la opinión pública, necesita de los medios corporativos de comunicación para ello.

Los medios corporativos de comunicación durante los mandatos de Uribe se enfocaron en presentar las cifras duras del gobierno sin contrastarlas con otras fuentes. Después del escándalo, medios como El Tiempo no mencionaron en la sección de noticias la Directiva Ministerial Secreta 029 de 2005, lo que contribuyó a amplificar la idea de «manzanas podridas» y ocultar la verdad sobre los hechos.

Los medios corporativos de comunicación siempre hablaron de “Falsos Positivos”, como una manera de minimizar el asesinato de jóvenes inocentes por parte del ejército. Por otra parte, sí en El Tiempo en la sección de noticias mencionan “Ejecución Extrajudicial” 20 veces en tres años, es una exageración.

Es importante que siempre hablaron de manzanas podridas para no tocar la estructura militar detrás de las desapariciones, torturas y asesinatos.

11. Metámosle autores a la vaina
Muy cortico para que lo lean hasta el final. Resulta que al finalizar el gobierno Pastrana el país atravesaba por una crisis de hegemonía que se vio solventada con Uribe. Él llegó con un discurso basado en la lógica amigo-enemigo en términos de Carl Schmitt y básicamente Uribe retomó casi todo su pensamiento (Carl fue el jurista del nazismo, por él en los juicios de Núremberg los acusados decían que no habían hecho nada ilegal, que todo había sido en el marco de la ley, lo que era cierto).

Hablemos de enemigos. El país fue testigo de la construcción política y mediática de un enemigo común “el terrorista”, que básicamente era todo y nada, era lo que el gobierno necesitaba que fuera. Entonces aquí nos metemos con la construcción del terrorista que hace Zizek a partir de Agamben: hace muchos años en un pueblo tranquilo y feliz apareció un ser peligroso que llenó de oscuridad la vida de todos. No era un hombre, no era un lobo, era un hombre lobo. Como no era ni una cosa ni la otra, era legítimo asesinarlo por el bien de todos. Nadie lo lloraría. Era necesario matarlo. Según Giorgio a ese ser se le llama Homo Sacer y según Slavoj esa es la base del terrorista.

Dirán ¿eso qué tiene que ver con las ejecuciones extrajudiciales? Pues todo. Llegamos a un punto tal en el que la vida no era valorada, el enemigo no era considerado un interlocutor válido (Schmitt distingue al enemigo «partisano» como aquel con el que se puede hablar y el enemigo «pirata», como al que toca eliminar) y por eso su eliminación era motivo de alegría, recordemos la presentación de la mano de Iván Ríos, el cuerpo de Raúl Reyes. Esa deshumanización del otro nos llevó a ver como si nada cuerpos sin vida y celebrar la muerte.

Sigamos, en el gobierno de Uribe fuimos testigos de lo que Guy Debord llama la sociedad del espectáculo, que palabras más palabras menos consiste en presentar la información desde aspectos anecdóticos, todo muy por encimita para que el espectador no tenga suficientes herramientas que le permitan realizar una decodificación crítica del mensaje.

Entonces nos estrellamos con Foucault, porque ese control de la información de los medios corporativos, la selección, la forma en la que es distribuida, como dice ese maravilloso francés “tienen por función conjurar los poderes y peligros, dominar el acontecimiento aleatorio y esquivar su pesada y temible materialidad”.

La información presentada es producto de la investigación para la tesis de maestría “Del poder y los telones: los medios de comunicación y la legitimación de crímenes de Estado. El caso de los Falsos Positivos”. (Rescatado de: https://www.revistahekatombe.com.co/guia-para-entender-que-pasa-con-los-mal-llamados-falsos-positivos/ ) 


COMPROMISO: 

                                                                      SEMANAS 3 y 4: 13 AL 23 DE OCTUBRE 

Entregable 1: Mentefacto sobre el concepto de estado.

miércoles, 23 de septiembre de 2020

CUARTO PERIODO: SEMANA 1 y 2: 21 DE SEPTIEMBRE AL 02 DE OCTUBRE

 CUARTO PERIODO: SEMANA 1 y 2: 21 DE SEPTIEMBRE AL 02 DE OCTUBRE 

CUARTO PERIODO. 


HILO CONDUCTOR:

¿Cuál ha sido el papel del estado colombiano en la configuración de la violencia social? 

TÓPICO GENERATIVO: 

¿Un Estado Violento?

META ESPECÍFICA:

El estudiante comprenderá algunos fenómenos de violencia que se han dado en nuestro país y la participación del estado en éstos.

TÓPICOS ESPECÍFICOS: 

·         Falsos positivos

·         Limpieza social

¿Qué son los crímenes de lesa humanidad?

 DESEMPEÑOS: 

El estudiante se introduce en las dinámicas de violencia producidas por el estado Colombiano, sobre todo en las dos últimas décadas.

 El estudiante analiza los principales fenómenos de la violencia de estado de las dos últimas décadas. 

El estudiante asume una mirada crítica frente a las dinámicas de violencia producidas a los largo de la historia por el estado colombiano. 

ACTIVIDADES EVALUATIVAS: 

Taller diagnóstico: Debate sobre el Fenómeno de la Violencia.

 Entregable 1: Mentefacto sobre el concepto de Violencia.

Entregable 2: Investigación y exposición sobre fenómeno de la limpieza social.

Mapa mental sobre el concepto de seguridad. 

¿Un Estado Violento?


El Estado 

Corría el año 1651 cuando las imprentas renacentistas confinaban en papel y tinta, bajo el epígrafe Leviatán, o la materia, forma y poder de una república eclesiástica y civil, el pensamiento del intelectual inglés Thomas Hobbes sobre el Estado. Si bien antes de que este filósofo inglés plasmase sus ideas sobre el gobierno y la naturaleza del Estado en esta obra, otros autores, tales como el famoso Nicolás Maquiavelo o el absolutista Jean Bodin, ya apostaban por un poder fuerte, centralizado y necesario como rector de la vida social y política. Es a Hobbes a quien se le reconoce el haber iniciado el pensamiento político moderno, rompiendo con los moldes medievales precedentes. La percepción pesimista de Hobbes sobre la naturaleza humana (condensada en el aforismo homohomini lupus, adaptado libremente del escritor latino Plauto) y la obvia necesidad de un mínimo orden social para el desarrollo de la vida en común, encaminaron su pensamiento por una dilatada reflexión que concluía en la necesidad de un pacto social que hiciera posible el desarrollo pleno de la sociedad. El estado natural del ser humano es de individualismo beligerante, un egoísmo feroz a la horade satisfacer sus deseos y necesidades. Egoísmo que no repararía en recurrir a la violencia para su consecución si así fuera necesario. Por ello, la convivencia pacífica y fructífera se volvería algo imposible si el ser humano fuera dejado a su libre albedrío, ajeno a un gobierno y a las consecuencias punitivas de sus actos. Lejos de cooperar, las personas en pleno disfrute de su libertad, competirían fratricidamente entre sí, en estado de guerra constante, por cubrir y satisfacer sus necesidades. Se impondría así la ley del más fuerte en un estado de conflicto interminable, que imposibilitaría el desarrollo de una sociedad sana, de una convivencia colectiva en la cual se pudieran alcanzar tanto una vida segura como los frutos del trabajo y el esfuerzo intelectual, sólo posibles como consecuencia del disfrute de tal paz. Por ello, para poder acceder a la tranquilidad de una vida apacible que evite el conflicto constante y generalizado, los individuos libres, de muto acuerdo, suscribirían un contrato que, limitando su libertad, cedería ésta a un único soberano, monarca absoluto, que velara por el orden y la convivencia pacífica en sociedad. Este alegato en favor de un poder único, centralizado y monolítico, supuso el inicio de una filosofía política que tendría eco en las ciencias sociales que estaban por nacer. 

[...] Violencia y Estado: Conclusiones Hemos repasado, de forma superficial y a vuelo de pájaro, diversas teorías sobre el Estado, la guerra y la violencia. Ambos conceptos, tratados desde antiguo en diversas ramas de la ciencia, han recibido escasa atención en antropología. Solamente en años recientes se han empezado a trabajar como objetos de estudio por derecho propio en la disciplina. El Estado ha pasado a ser considerado una máscara o pantalla, ficción que se reproduce en el día a día, en los encuentros cotidianos con los agentes que representan dicha idea. La guerra y la violencia, de ser comprendidos como sempiternos fenómenos universales, intrínsecos al sustrato genético de la especie humana (y a los primates predecesores de la especie), han pasado a asociarse a la aparición de las ideas de Estado y a ciertas condiciones socioeconómicas únicamente presentes en la reciente historia humana (la excavaciones correspondientes a épocas paleolíticas no parecen mostrar evidencias de guerra para todas ellas, lo que acercaría la aparición del fenómeno más acá en el tiempo). ¿Cómo relacionar ambos conceptos, Estado/poder y guerra/violencia? El Estado, en Hobbes, ese soberano despótico y autócrata, debe existir para contener (coercitivamente) la violencia y guerra permanente a la que la naturaleza humana nos condena. Otros autores, como Ferguson, Spencer o Malthus ven la guerra, inherente al ser humano, como un mal necesario que cohesiona sociedades y hace cooperar a sus integrantes frente al enemigo externo, impele al descubrimiento y el avance tecnológico y regula demográficamente poblaciones que exceden los límites del sustento. Weber, como hemos visto, observa en el Estado la capacidad legítima del empleo de violencia; mientras que las teorías marxistas describen al Estado como una fuerza represora, con capacidad (y necesidad) de ejercer la violencia en su labor de guardián del orden burgués capitalista. El Estado, en esta acepción, existe para garantizar las relaciones de clases, en sí mismas conflictivas, entre trabajadores (productores directos de la riqueza) y clase dirigente (apropiadores de la riqueza producida por los primeros). Krader (1968), en su ya clásico repaso de las teorías sobre el surgimiento del Estado, absteniéndose del debate (ya por aquel momento abierto) sobre la utilidad del empleo de dicha categoría en las ciencias sociales, define éste (muy en la vena weberiana) como aquel nivel de organización representado por una autoridad central justificada por algún tipo de ideología, autoridad que controla la única forma de violencia legítima dentro de un territorio determinado, ya sea frente a enemigos externos a o al interior de él. De nuevo, la violencia se vincula al Estado como elemento diagnóstico y definitorio de su naturaleza y función. El jefe guayaquí, que Clastres tan vívida y elocuentemente nos describía, amparaba su débil poder y frágil mandato en la guerra, espacio donde existía la posibilidad de adquirir estatus que hiciera posible su trémula estancia en el liderazgo. Nordstrom observa cómo la guerra y la violencia, visiblemente manipuladas y expuestas en los cuerpos, en los cadáveres y las ruinas, domestica a la población, esparce el miedo y la aquiescencia hacia los designios de aquellos poderes que ostentan la capacidad de torturar, violar, destruir, saquear y matar. La violencia y la guerra, además de ser un enorme negocio que produce ganancias sustanciales, es una forma de controlar y de garantizar la docilidad de contingentes de población temerosa de la crueldad física y psicológica que la violencia hace visible en cuerpos vivos mutilados, cadáveres en las calles o en bombardeos, pillajes, saqueos y matanzas indiscriminadas. “Violence is employed to create political acquiescence; it is intended to create terror, and thus political inertia; it is intended to create hierarchies of domination and submission based on the control of force” (Nordstrom, 2004:62). Begoña Aretxaga, en su influyente artículo ya citado, vincula el Estado, como fantasía que se materializa en los encuentros del día a día entre aquellos que representan tal idea y los ciudadanos bajo su férula, con la violencia del control físico, en parte con fundamento en los trabajos pioneros de Foucault. Este pensador francés apuntaba cómo se produce una transformación en las formas de dominación y control de las poblaciones en el transcurso del siglo XVIII. La gubernamentalidad se trasladó, durante el desarrollo de dicho siglo, de un poder absoluto y despótico hacia nuevas prácticas y discursos que centraban su atención en la “domesticación” y ordenamiento de los cuerpos. (Rescatado de: http://www.scielo.org.mx/pdf/rcsl/v5n10/1665-899X-rcsl-5-10-00178.pdf ) 

COMPROMISO: 

                                                                        SEMANAS 1 y 2: 21 de Septiembre al 02 de octubre 

Organización de grupos para debate sobre el fenómeno de la violencia. 

jueves, 17 de septiembre de 2020

SEMANA 10: 14 AL 18 DE SEPTIEMBRE

 SEMANA 10: 14 AL 18 DE SEPTIEMBRE

 

CÁTEDRA TOLEDISTA POR LA PAZ  10

1.    “Cuando llegó a la presidencia Uribe (2002-2010) contaba socialmente con el desgaste y cansancio en amplios sectores de la sociedad que había causado el largo conflicto armado, como la clase media que se sentía confundida y sin horizonte e ideológicamente ambivalente; con las capas de la población más pobre y excluida de cualquier beneficio del Estado social de derecho, que empezaron a amar al opresor y a odiar a quienes de tiempo atrás venían luchando y ejerciendo la oposición a la opresión y explotación históricas, a quienes ya habían puesto una alta cuota de muertos causada por la represión de las clases que detentan el poder desde la época republicana”. La frase: “Cuando llegó a la presidencia Uribe (2002-2010) contaba socialmente con el desgaste y cansancio en amplios sectores de la sociedad que había causado el largo conflicto armado”, puede estar indicando qué:

A.    el conflicto ayudó a impulsar la popularidad del expresidente Uribe en la medida que este asumió como un mandato de su gobierno la lucha contra la guerrilla.

B.    los sectores más golpeados por la violencia vieron en el expresidente a una especie de “salvador”, que por fin colocaría fin al sufrimiento que tantos años de conflictos habían provocado.

C.   el expresidente llegó en el momento justo y tuvo suerte de encontrar un país en tal situación social, lo que le permitió sacar adelante su proyecto político.

D.   A y B son correctas.

2.    “A nadie le cabe duda que el mensaje extremista y guerrerista de Uribe logró unir la mayoría del país contra las guerrillas, polarizando la sociedad a un nivel nunca antes visto en la historia reciente, con la excepción de la época de La Violencia que desató el asesinato de Jorge Eliécer Gaitán el 9 de abril de 1948”. A partir de esto podríamos deducir que:

A.    el mensaje bélico promovido por la figura del expresidente Uribe fue una arma política que le ayudó a obtener la presidencia.

B.     el mensaje contra la guerrilla no tuvo nada que ver con la victoria del expresidente Uribe, esto fue producto de la fortuna.

C.   los discursos promotores de odio son vacío y por lo tanto no contienen ningún poder político, sin embargo no se pueden dejar al mero azar sus consecuencias.

D.   la política colombiana es hija de la violencia en su totalidad. La historia nos muestra que esto siempre ha sido así en nuestro país.

 

3.    “Ese discurso gangsteril pero pegajoso y oportuno para el momento que vivía el país, logró construir el consenso y la alianza mayoritaria […], agrupándola en una especie de frente clasista de derecha”. Con esta expresión el autor está haciendo alusión a:

A.    el discurso promovido en su momento por el expresidente era criminal y discriminatorio hacia algunos sectores de la sociedad colombiana.

B.    el discurso promovido por el expresidente, aunque era clasista se tornaba necesario por el momento histórico que vivía el país.

C.   el expresidente fue un promotor de los valores burgueses de las élites colombianas que siempre se han creído europeas.

D.   Colombia es una patria boba por creerle a un personaje lleno de tanto odio como el expresidente Uribe.

 

4.    El plan Colombia fue una estrategia política gestada y promovida en los Estados Unidos con el fin de promover una revitalización social y económica. Esta política consistió en la inyección de un grueso capital por parte del país del norte a la nación sudamericana. Sin embargo, no son pocos los reportes que hablan del fracaso de esta política en lo social, económico y también en lo militar. Desde esta perspectiva podemos decir que el plan Colombia:

A.    tuvo algunos aciertos importantes, pero que la corrupción endémica de nuestro país lo hizo inviable posteriormente.

B.    que el plan Colombia fue una política que no indagó en las necesidades reales de la gente, pues de haberlo hecho se pudo identificado mejor las necesidades sociales reales de las comunidades.

C.   nació muerto al gestarse en otro territorio, pues hubiese dado lo mismo que se hubiese implementado en Asia que en Colombia.

D.   A y C son correctas.

 

5.    Horacio Serpa, jefe del Partido Liberal, el cual pronuncia su escepticismo frente al Plan Colombia, pues, como otros analistas, consideran que el programa debió acabar con el narcotráfico y no la guerrilla y, según varios de ellos, se ha acabado la guerrilla y no el narcotráfico. Con base en lo dicho por Horacio Serpa podemos concluir que:

A.    el plan Colombia era una política buena, pero los analistas no lo ven así y prefieren señalar los aspectos negativos.

B.    el plan Colombia fue idea de él, pero que muchos analistas comenzaron a emitir juicios incorrectos obre su persona.

C.   que el propósito del plan Colombia fue trastocado, perdiendo el rumbo y por tanto dejando sin solucionar el problema que pretendía acabar.

D.   que Horacio Serpa buscó ganar protagonismo con el plan Colombia y por eso es necesario que los analistas aclaren la situación para que éste no se robe los buenos resultados de esta política.

domingo, 30 de agosto de 2020

SEMANA 8 y 9: 31 DE AGOSTO AL 11 DE SEPTIEMBRE

SEMANA 8 y 9: 31 DE AGOSTO AL 11 DE SEPTIEMBRE 

Paz y seguridad
Definición de paz - Qué es, Significado y Concepto

Los primeros intentos de enfrentarse desde una perspectiva científica (en el sentido positivista del término) a la problemática de la paz, datan de los años inmediatamente posteriores a la Primera Guerra Mundial y se circunscriben a los Estados Unidos. Es en estas coordenadas espacio-temporales donde se sitúa la fundación de una disciplina, paradigma o empresa intelectual que con el tiempo vendría a denominarse «Investigación para la paz y Resolución de Conflictos». ¿Cuál es su objeto de estudio? Es evidente que el objeto de estudio de la investigación para la paz es «la paz». Pero una respuesta de este tipo, lejos de solucionar la cuestión, simplemente la pospone. En primer lugar, porque la definición y acotación de lo que puede y debe entenderse por «paz» es una tarea compleja. La complicación radica en que, como tendremos ocasión de comprobar en las páginas que siguen, nos hallamos en presencia de un término polisémico. En segundo lugar, una fuente adicional de dificultades estriba en que el concepto está cargado de historia. Como sucede con muchos otros conceptos centrales de las ciencias sociales, la identidad de la paz ha ido transformándose a lo largo de la historia, de modo que lo que se ha entendido por «paz» varía en función de las coordenadas temporales en las que nos situemos. El campo de la paz es un ámbito producido y creado por la actividad humana. En este sentido, la tarea del científico que se ocupa de la investigación para la paz difiere de la del científico de la naturaleza. Para el científico natural, no es el objeto de estudio el que cambia sino su manera de percibirlo. Así se evidencia, por ejemplo, en las distintas perspectivas que representan la física tradicional newtoniana y su sucesora, la física cuántica de principios del siglo XX. Sin embargo, para el científico de los fenómenos políticos –y la paz es uno de ellos– cambian tanto los modos de percepción del objeto de estudio como el propio objeto en sí1 . (Rescatado de : http://www.scielo.org.mx/pdf/regsoc/v25n58/v25n58a7.pdf ) 

SEGURIDAD 

El exceso de seguridad en la red también es una amenaza
La seguridad tiene un significado muy amplio, y el clásico, de acuerdo con la teoría liberal, es que constituye la esencia y el deber ser del Estado. Esta visión se dividió en dos áreas: la defensa frente a amenazas externas al Estado –representadas principalmente por otros Estados–, que es materia de la seguridad nacional, y la seguridad interior, que es responsabilidad del gobierno y forma parte de la seguridad pública. Sin embargo, en un contexto histórico en el que las amenazas a la seguridad ya no son producto de la lucha entre Estados, donde no existe una separación clara, sino una relación cada vez más fuerte entre asuntos internos y externos o locales y globales, y donde los nuevos riesgos provienen de actores que buscan permanecer ocultos, han surgido nuevas propuestas para el término identificadas, sobre todo, en la seguridad interior, la humana y la democrática. De acuerdo con Michel Foucault (2010, 86), la seguridad es un concepto que nace junto al liberalismo, y se refiere a una forma de gobernar con el objetivo de “[…] garantizar que los individuos o la colectividad estén expuestos lo menos posible a los peligros”, lo que lleva a la implementación de procedimientos de control, coacción y coerción en torno a la salud (control de enfermedades e higiene), el crimen, así como el combate a las conductas “antisociales” y la defensa frente a amenazas externas al Estado, identificadas principalmente en la acción de otros Estados.2 Dicha definición se mantuvo vigente hasta el final de la guerra fría. La configuración geopolítica posterior impulsó la lucha por los derechos humanos, la democracia y el desarrollo, y llevó a la construcción de otras definiciones. Al mismo tiempo, los grupos terroristas y del crimen organizado han constituido nuevos fenómenos que obligan a la reconfiguración del significado. Estos temas, junto con los derechos humanos y el desarrollo han buscado ser prioritarios para la seguridad; la discusión se encuentra en determinar qué elemento tiene prioridad sobre los demás, según su importancia en el corto o largo plazo, y los recursos disponibles por parte del gobierno. Esto ha originado sus definiciones contemporáneas: la “seguridad” como producto del uso de la fuerza y como producto de la paz y del funcionamiento del Estado de derecho (Barbé y Perni 2001, 4). En el primer caso, para lograr el control, ubica a las fuerzas armadas y a los cuerpos de policía en una posición determinante, para enfrentar al terrorismo o al crimen organizado; en cambio, el segundo implica la existencia funcional del conjunto de instituciones del gobierno, para buscar la universalización de los derechos humanos y el desarrollo.
 (Rescatado de: http://www.scielo.org.mx/pdf/regsoc/v25n58/v25n58a7.pdf) 

ACTIVIDAD DE PROFUNDIZACIÓN: 

Apoyate en el diccionario o en fuestes de internet para definor los siguientes conceptos: 

Paz: 
Seguridad: 
Democracia: 
Pacifismo: 
Seguridad interior: 
Geopolítica:
Fuerza Pública: 
Seguridad Pública: 

COMPROMISO: 
Semana 09: 7 al 11 de septiembre. 
Entregable 3: Mapa mental sobre Seguridad