SEMANA 9 Y 10: 08 AL 19 DE JUNIO
EL
PREDOMINIO DE LA POBREZA COMO DIAGNÓSTICO: ¿DIAGNÓSTICOS POBRES?
En América Latina la cuestión social se
comprende a partir del proceso de profundización de la desigualdad que tiene
sus orígenes en la historicidad de la pobreza estructural —las desventajas se
heredan y perpetúan intergeneracionalmente—, su concentración espacial
—conformación de espacios diferenciados de sociabilidad— y la consolidación de
diferentes estatus de ciudadanía (Saraví, 2006). El trabajo Inequality in Latin
America: Breaking with History?, publicado por De Ferranti et al. (2004) para
bm, argumenta que las instituciones excluyentes que se establecieron durante la
conquista europea para explotar la riqueza mineral y natural existente y, a las
poblaciones indígenas, conformaron un acceso altamente desigual a tierras,
educación y poder político, al menos hasta finales del siglo xix, y tuvieron
consecuencias adversas para el crecimiento económico y la desigualdad. En la
misma línea, cepal sostiene que persiste un reclamo histórico y postergado en
las sociedades latinoamericanas que “recorre cinco siglos de discriminación
racial, étnica y de género, con ciudadanos de primera y segunda categoría.
Recorre una modernización hecha sobre la base de la peor distribución del
ingreso del mundo” (cepal, 2010, p. 13). En la actualidad, la sedimentación de
aquel proceso se manifiesta en la multiplicación de brechas entre grupos
sociales a partir de la heterogeneización de las oportunidades productivas de
la sociedad y de la segmentación del acceso a la protección social. Así
planteada, la genealogía del problema de la desigualdad vuelve la atención
sobre procesos ocurridos hace cientos de años y pone el peso explicativo de la
estructura social actual en el periodo colonial. El inconveniente con este tipo
de desplazamientos temporales es que puede ocultar las implicancias que han
tenido los procesos de corto plazo en la consolidación de una estructura social
empobrecida y desigual e, incluso en el aumento de las brechas de desigualdad.
Se hace referencia sin dudas a las políticas asistenciales basadas en el
criterio de pobreza construido por los propios organismos internacionales
durante las décadas del setenta y ochenta, que impactaron directamente en la
forma en que se configuró, a nivel nacional, la cuestión social. La definición
de pobreza presentó la cuestión social como asunto de política social y, no de
política económica, lo que generó una nueva institucionalización de lo social:
el Estado debía intervenir de modo específico sobre quienes no podían
integrarse por sus propios medios al mercado de trabajo. Además, constituyó una
definición de carácter absoluto que puso el énfasis en las condiciones de vida
de gran parte de la población, a partir de la construcción de las medidas de
Línea de Pobreza (lp) y de Necesidades Básicas (nbi), dejando por fuera la
discusión en torno a las relaciones de poder y los conflictos en las que los
grupos se insertan. Al desconocer que la distribución de recursos es un juego
de suma cero, impidió abordar el dinamismo del proceso de construcción de las
situaciones de asimetría que configuran desigualdades.
1.
En el párrafo inicial la autora
afirma: “En América Latina la cuestión social se comprende a partir del proceso
de profundización de la desigualdad que tiene sus orígenes en la historicidad
de la pobreza estructural —las desventajas se heredan y perpetúan
intergeneracionalmente—, su concentración espacial —conformación de espacios
diferenciados de sociabilidad— y la consolidación de diferentes estatus de
ciudadanía”, esto hace referencia a:
a)
la
sociedad latinoamericana está en desventaja con otras sociedades que han
atravesado los mismos procesos históricos, como las sociedades del sudeste
asiático por ejemplo.
b)
la
sociedad latinoamericana es indiferente a sus procesos históricos y sociales,
lo que la hace más propensa a la desigualdad y la pobreza estructural.
c)
la
sociedad latinoamericana no tiene conciencia de los procesos por los que ha
atravesado, por este motivo recrea la desigualdad una y otra la pobreza en sus
diferentes generaciones.
d) la
sociedad latinoamericana se puede entender, en su dimensión social, a partir de
las dinámicas de pobreza que parecen heredarse de una generación a otra.
2. El reclamo histórico y postergado en
las sociedades latinoamericanas y que hace referencia a la discriminación
étnica y de género se podría evidenciar en la siguientes situaciones:
a)
la
proliferación de la violencia estructural que recorre varios países del
continente y que se ha perpetuado hasta nuestros días.
b)
los
cinturones de pobreza extrema que hacen parte de la geografía social de las grandes
ciudades del continente.
c)
los
esfuerzos por superar los círculos de miseria que han emprendido muchos
gobiernos a largo y ancho de este territorio.
d) a
y b son correctas.
3. En el párrafo: “En la actualidad, la
sedimentación de aquel proceso se manifiesta en la multiplicación de brechas
entre grupos sociales a partir de la heterogeneización
de las oportunidades productivas de la sociedad y de la segmentación del acceso
a la protección social”, podríamos decir que la palabra resaltada en negrilla
está indicando que:
a) las
distintas oportunidades productivas (que incluyen el llamado trabajo informal),
no garantizan la superación de la desigualdad, pues lo que provocan es la
multiplicación de brechas sociales.
b)
las
distintas oportunidades productivas (que incluyen el llamado trabajo informal),
garantizan la superación de la desigualdad, pues lo que provocan es la
multiplicación de brechas sociales.
c)
las
distintas oportunidades productivas (que incluyen el llamado trabajo informal)
deben convertirse en políticas públicas que reconozcan el trabajo informal como
forma de trabajo importante para la economía.
d)
a
y c son correctas.
4. Según lo planteado en el texto sobre
el problema del origen (genealogía) de la desigualdad, cuando se apela a un
discurso sobre la misma que pone su centro en los procesos históricos, como en
la época colonial, se corre el peligro de enfocar el problema de la desigualdad
en acontecimientos atemporales (históricos). Un planteamiento como este crea
inconvenientes como:
a)
el
olvidar que América latina es un continente pobre, puesto que nunca ha sido
capaz de producir tecnologías que tengan relevancia en el ámbito mundial.
b) el
olvidar que ha habido procesos recientes que favorecen el afianzamiento de la
pobreza y la desigualdad.
c)
el
olvidar que el pobre se va haciendo pobre en cada decisión que toma al margen
del discurso económico.
d)
el
olvidar que los gobiernos han hecho esfuerzo muy grande para superar la
historia de desigualdad que ha afectado por tanto tiempo al continente.
5. De acuerdo al planteamiento que se
hace en el texto, podríamos decir que la autora entiende la desigualdad como:
a)
un
proceso estructural que está anclado al egoísmo de las élites que se formaron
en el siglo XX con la llegada de nuevas tecnologías que posibilitaron la
ampliación de la producción y el crecimiento económico.
b)
un
proceso ajeno a todo el desarrollo histórico de América Latina que no ha sido
manejado de la manera adecuada por los diferentes gobiernos del continente.
c) un
proceso estructural que está anclado al devenir histórico de América Latina,
pero también a dinámicas de corto plazo que han ayudado a mantener una
estructura de empobrecimiento y miseria en el continente.
d)
Un
proceso histórico que tienen sus raíces en las diferentes dictaduras que han
azotado al continente, provocando muerte y hambre sobre todo en las grandes
ciudades.
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